una vieja estacion



Era una tarde fría de un martes en la vieja estación de la cumbre, todo transcurría normalmente, yo me encontraba ahí porque como de costumbre tenia una cita con otros maquinistas para tomarnos unas cervezas y compartir anécdotas de nuestras vidas. Llegue un poco temprano y me decidí sentarme en una de las viejas bancas que estaban dispuestas para que los pasajeros esperaran la llegada de los trenes, grande fue mi sorpresa cuando escuche las notas musicales de una flauta la cual entonaba una canción con gran afinidad, me llene de curiosidad y fui a buscar de donde provenía esa melodía la cual traía a mi mente recuerdos de ese gran maestro por el cual había iniciado mi vida. Me encontré con una linda mujer la cual estaba sentada en un viejo vagón en el borde de la estación, me acerque y al sentir mi presencia se detuvo….
· No dejes de tocar… es una linda canción .
· le gusta, para mi es una de mis favoritas
Débora retomo la canción por unos minutos, cuando noto que aquel anciano que se le había acercado estaba llorando, para ella fue algo que la impresiono mucho, termino la canción y de inmediato le pregunto a aquel hombre cual era el motivo por el cual estaba llorando.
· Discúlpeme esta seguro que no le incomoda que yo este aquí tocando.. porque llora?
· esa canción me recuerda a la persona más importante en mi vida y por la cual estoy hoy aquí.
· a mi también me tranquiliza y me llena de inspiración
· pero esa persona esta viva?
· No lamentablemente por un error mío, perdió la vida hace varios años.
· Ehh… discúlpeme mi imprudencia no fue mi intención hacerle sentir mal
· No te preocupes, con tus melodías me siento bien, pero…
· Tu que haces aquí a esta hora y mucho menos sola..
· Me tranquiliza estar aquí, me desahogo de muchos problemas y mucho mas en este momento que me acabo de enterar algo que me cambiara la vida por completo.
· Pero… lo invito a que se siente y escuche otra canción que también me gusta mucho.
Augusto se sienta al lado de la mujer y esta toca una serie de melodías que son de su agrado.
Cuando termina una de las canciones, Augusto le interrumpe diciéndole
· Discúlpame un momento, pero creo que he sido un grosero contigo
· Mi nombre es Augusto de Jesús López Días y es un placer compartir contigo este momento tan especial
· Ehh.. muchas gracias don Augusto…
· El mío es Débora y para mi también ha sido muy placentero hacerlo sentir bien y traerle a su mente recuerdos especiales.

2 comentarios:

Narrativas II dijo...

¡Me decidí sentarme!¡¡¡ Revisa un poco este texto Julián, es la situación dada y ya, hay que llenarla con una atmósfera, si es en tú, en tú, no en usted y luego en tú y otra vez con usted. Describe más, el papel no se está gastando si se describe un poco, si hay un regocijo con lo que se cuenta.

Narrativas II dijo...

Este blog está a punto de morir por vagancia del creador.